20 Sep Better Food: los tres pilares clave de un modelo de negocios innovador
La pyme argentina de alimentos cuya línea de bebidas vegetales compite de igual a igual con las grandes marcas del segmento tiene una estrategia de producción y gestión en línea con las tendencias más avanzadas a nivel mundial. De qué se trata.
“Una estructura acotada y dinámica, basada en recursos humanos de alta calificación y multitarea; utilizar la experiencia y capacidad productiva de terceros y la reinversión continua de las utilidades en el área de investigación, desarrollo y lanzamiento de nuevos productos”. Esos son los tres pilares del modelo de negocios sobre el cual se asienta Better Food, la empresa argentina de alimentos cuya línea de bebidas vegetales Vrink, su marca plant based, es un notorio caso de éxito, con una facturación de 100 millones de pesos anuales.
La compañía nació en 2018 con una inversión de u$s 500.000 y con el objetivo de mejorar la forma en que las personas se alimentan creando productos con un aporte nutricional mejorado, haciendo del mundo un lugar más saludable.
Hoy la plantilla está conformada por 12 personas, incluidos los founders, que se encargan, in house, de tareas que van desde el planeamiento, el marketing, el desarrollo de producto, la estrategia comercial, entre otras cosas. A Marcelo y Mariano se suman Claudia, Claudio, Florencia; Mariela, León, Esteban, Santiago, Tomás, Enrique, Leticia y Belén. “Son todas personas con mucha capacidad profesional y autonomía para tomar decisiones. Desde el área administrativa hasta R&D”, completa Marcelo D’Abramo, CEO de Better Food.
En el equipo también domina la perspectiva de género: Claudia lidera el área de R&D; Leticia el área comercial; Belén, administración y finanzas; Florencia producción y calidad. Los puestos más importantes hoy están cubiertos con mujeres.
Producción descentralizada
El diseño de la estructura se conecta íntimamente con la estrategia de producir externamente sus bebidas, utilizando la capacidad y experiencia de las distintas plantas que existen en el país para cada categoría de productos.
Se trata de un modelo de “fason”, como se llama en Argentina y Uruguay a la manufactura por pedido de un tercero, una práctica muy extendida en Estados Unidos. “Me gusta decir que en la industria americana reina la más amplia ´democratización de la fabricación y distribución de alimentos´, a partir de la realidad de que existen millones de fábricas distribuidas por todo el país a partir de las cuales cualquiera puede pensar un producto y desarrollarlo mediante un concepto de fasón”, señala D’Abramo.
La industria alimenticia argentina comienza a dar muestras de que busca sumarse a esta tendencia descentralizadora de la producción, que ya es mundial.
Además del método de producción, contar con una estructura liviana y ágil permite a Better Food competir contra las grandes marcas: “Ese ahorro en costos lo trasladamos al consumidor, lo que nos permite ofrecer una bebida vegetal cuya calidad está a la altura de cualquier producto internacional, a un precio competitivo” grafica Marcelo D’Abramo, CEO de Better Food.
Better Food tiene un acuerdo con la pyme cordobesa “La Lácteo”, que además de la calidad de sus procesos de fabricación para sus marcas propias es una “gran fasonera” que provee para las marcas blancas de los principales supermercados argentinos. “Es una fábrica con mucha experiencia, que además ha crecido en la producción de las bebidas vegetales”, reconocen en Better Food.
En virtud de los acuerdos con plantas lácteas ya establecidas y experimentadas, Better Food puede escalar rápidamente la producción. Por ejemplo, de 80.000 a 300.000 litros en una semana. “Es decir que a la experiencia le sumamos la escalabilidad, que es un desafío al que habitualmente se enfrentan las pymes argentinas cuando les toca afrontar órdenes de compras superiores a las normales”, comenta D’Abramo.
Bajo este mismo modelo, la empresa planea expandirse a otras categorías de la alimentación saludable para ocupar diferentes espacios en las góndolas de los supermercados.
Hoy, Vrink tiene nueve variedades: cuatro de almendras, dos de maní, una de avena y dos de coco. Las materias primas para elaborar el producto son esencialmente importadas, excepto el maní, que viene de la provincia de Córdoba, una de las principales productoras a nivel mundial. Las almendras vienen de California, la avena de Ohio y el coco de Indonesia.
“Nuestro diferencial radica en la conciencia que le ponemos a cada uno de nuestros productos. Pensar un producto es pensar que nuestras familias los consuman. La selección de ingredientes de calidad que brindan los nutrientes necesarios para el día a día como vitaminas, minerales, calcio y zinc, es primordial para nosotros”, concluye Marcelo D’ Abramo, CEO de la compañía.
Reinversión de utilidades
El tercer pilar con el que se completa el círculo del modelo de negocios es la “reinversión constante en el desarrollo del negocio”. Esta posibilidad se da, entre otras cosas, porque los founders tienen flujos de ingresos alternativos con origen en otros negocios de los que participan.
Marcelo D’Abramo viene del mundo publicitario y de trabajar para marcas de consumo masivo, además de que es socio en varios emprendimientos gastronómicos. Mariano Ruiz, por su parte, dirige una empresa familiar con más de 40 años en el mercado de aditivos para la industria alimenticia.
Pero fundamentalmente se trata de una cuestión de enfoque del negocio: “El objetivo de Better Food es construir una compañía de alimentos que sea rentable y que tenga un crecimiento sostenido. Por eso creemos que la reinversión constante de los recursos que vamos obteniendo es fundamental, sobre todo en el área de desarrollo de nuevos productos, en particular en investigación y desarrollo”, dicen y aclaran: “Para poder llamar a una empresa Better Food tenés que estar constantemente innovando en el producto”.